Cada vez que ocurre aiki es de manera natural, parece casi mágico!, SOBRENATURAL, pero no lo es, es bien simple y básico, se parece más a una habitación desordenada que a una impecable, me sorprende y me estimula,me obliga a decir; cómo sucedió?, acaso hice algo? nunca me encontré haciendo ese algo, y cada vez que lo intento voluntariamente nada pasa, sin embargo necesito de esa voluntad para que el instante creativo del aiki me sorprenda distraído, de mí mismo, de mi intento de que salga algo según mi viejo esquema aprendido. Si no aprendo no avanzo y si me limito a lo aprendido no me abro a lo desconocido.
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